Desde hace aproximadamente 20 años, la mesoterapia viene revelándose como una gran terapia para infinidad de patologías tales como dolores agudos y crónicos, estrés, patologías de la piel, grasa dolorosa, celulitis, estética y un largo etcétera que seguramente muchas de vosotras conoceréis.

Pero… ¿Por qué se presupone beneficiosa para una patología como el lipedema? ¿Existen estudios que respalden su utilización en mujeres con esta enfermedad?

No existen todavía estudios que apoyen el beneficio de la mesoterapia en el lipedema, sin embargo, esto es lógico, ya que es una enfermedad de “nuevo descubrimiento” y hay todavía muy poca información sobre ella.

En la experiencia clínica es evidente la mejoría que experimentan las pacientes en cuánto a síntomas propios de la enfermedad: disminución del dolor y la pesadez, mejoría en la calidad de la piel, desinflamación, disminución de volumen en zonas afectadas… Etc.

¿Todas las pacientes necesitan la misma medicación mesoterápica?

La respuesta es no. Es cierto que mucha de ella es puede coincidir, puesto que se trata una misma patología. Sin embargo, cada mujer es diferente y tendrá unas necesidades distintas.

¿Qué tipo de medicación se pincha?

Existe un tratado de mesoterapia escrito por el Dr. Ignacio Ordiz. En él cuenta absolutamente todo acerca de técnicas, fármacos e indicaciones de la mesoterapia. Lo más frecuentes son: vitamina C, Procaína, Extracto de meliloto-rutina, Cynara scolimus, Silicio o L-carnitina entre otras muchas.

Tienen diferentes efectos tales como lipolíticos, antioxidantes, antiinflamatorios, venotónicos, estimuladores del metabolismo… Etc.

Es una técnica muy segura y con ínfimas contraindicaciones o efectos secundarios. No es “milagrosa” pero, asociada con otros tratamientos, contribuye, en gran medida, a mejorar el estado de salud de nuestras pacientes.

Clínica Constanza